Elijamos correctamente las gafas de nuestros niños
Cuando nuestros hijos comienzan a tener problemas con la vista porque no logran ver bien, no reconocen las letras o los números, solemos decir “eso con gafas se arregla”, esta afirmación por un lado es correcta pero por otro lado no lo es tanto, primero porque no somos especialistas en salud visual y segundo, la buena visión de nuestros niños es una responsabilidad de los padres desde el mismo momento en que nacen.
Una vez se les es diagnosticada alguna enfermedad visual o alguna limitación, la compensación a estas se traduce en una orden de uso de gafas por parte del profesional de la salud visual y este asunto requiere toda la atención y responsabilidad.
El uso de unas gafas no se debe tomar como algo gracioso o que genere burlas, los padres deben mostrar siempre una actitud segura para que los niños también la tengan, una buena medida para ello consiste en permitir que los pequeños elijan las gafas que más les gusten, aunque es bueno sugerir y lograr un acuerdo que deje a todos satisfechos.
Busquemos siempre elementos de calidad y de avance tecnológico, a la salud visual de los niños no hay que ahorrarle nada porque unas buenas gafas y un uso adecuado de estas garantizan la mejoría que tanto se espera.
Las monturas deben ser adecuadas para su edad y condición, no pretendamos que nuestros niños se sientan a gusto usando gafas anticuadas o más propicias para personas de otras edades.
Busquemos gafas que cubran perfectamente el campo de visión, las pupilas deben coincidir con la parte central del lente, no deben sobrepasar la línea facial de las cejas ni con dimensiones desproporcionadas para sus caras.
Las gafas deben ofrecer mucha seguridad, los chicos corren y saltan, entonces deben estar fabricadas con materiales que eviten hacerles daño en caso de accidentes.
Es muy importante que las gafas se ajusten bien y no se caigan, no solo por asuntos de seguridad sino para evitar perderlas.
En lo posible, tener unas gafas de repuesto en caso de pérdida, no resulta ser esto algo muy cómodo pero en caso de daño o pérdida el tiempo que se pierde en su reposición puede retrasar la mejoría de la visión de los pequeños.
Finalmente es importante recordar que el acompañamiento a citas y controles es clave, la mejoría de nuestros chicos es un asunto que nos compete a todos y esto lo veremos si vigilamos amorosamente su desempeño escolar y sus relaciones sociales.
Nada de apodos, lo importante es que nuestros niños se sientan seguros y si eres de los que llaman “Cuatro ojos” a quien lleva gafas, ahórrate esos comentarios y comprométete con la salud visual de los más pequeños.
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