Cuando se habla de astigmatismo hay que ser claros, este es muy diferente a la miopía, porque esta última hace que solo se pueda ver bien de cerca, mientras que el astigmatismo hace que la visión sea borrosa, tanto de cerca como de lejos.
Casi la mitad de los niños presenta astigmatismo durante su primer año de vida, este es un defecto que impide que la retina refracte bien, es decir, que la luz entre bien en el ojo, y las imágenes no se enfoquen en la retina sino adelante o detrás generando una visión borrosa.
Este problema se va corrigiendo en los niños durante los dos primeros años de vida con el crecimiento ocular, pero puede volver después y se asocia con otros males como la miopía o asuntos hereditarios.
¿Cómo afecta el astigmatismo a los niños?
Si es un astigmatismo menor el niño no presenta molestias, pero cuando es mayor ve borrosas casi todas las cosas, bien sea de cerca o de lejos, lo cual puede crearle problemas para su estudio al no poder ver bien el tablero de clases o las letras y números de los libros.
Un niño con astigmatismo debe hacer un gran esfuerzo por tratar de reconocer las imágenes que va distorsionadas o borrosas, por esa razón suele presentar dolores de cabeza frecuentes, sus ojos se ponen rojos, parpadea frecuentemente y siente que le ‘pican’ los ojos.
Tratamiento del astigmatismo
Un profesional de la visión siempre recomendará el uso de gafas, lentes de contacto o dependiendo de la edad, una cirugía.
En la inmensa mayoría de los casos de astigmatismo, el correcto y juicioso uso de las gafas recetadas por el profesional corrige el problema, por eso debemos cerciorarnos si nuestros niños sufren de este defecto para que tratarlo de manera inmediata y mejorar la visión de nuestros niños, un asunto clave en su desarrollo.